Uno de los deportes más practicados, tanto a nivel de aficionado como profesional en nuestro país, es el running. Y muchos tienen la creencia de que, a la hora de correr, lo único que es importante entrenar son las piernas. Sin embargo esto está muy lejos de la realidad, y es que para correr hay unos cuantos músculos que debes entrenar y fortalecer si quieres mejorar tu rendimiento y evitar lesiones.
Las piernas
La pierna es, obviamente, el músculo que más influencia tiene en nuestra capacidad de correr, por eso debes entrenarlo con esmero sobre todo si te dedicas a ello de forma profesional, incorporando sesiones de potencia con series de pocos metros y pesas un par de veces por semana aunque compitas en distancias largas.
Dentro de la pierna, los músculos que más sufren cuando corremos son, sin duda, los cuádripceps y los gemelos, pero no debemos descuidar el femoral (sobre todo si tendemos a correr más tirando de ese músculo). Además, otra parte que debes entrenar bien de tu pierna son los isquiotibiales y el tendón de aquiles, dos partes que es fácil que te lesiones si tienes la pierna descompensada.
Zona media
Por zona media entendemos los abdominales y los lumbares. Ten en cuenta que los abdominales deben dividirse en tres grupos: los superiores, los inferiores y los oblicuos, y de ellos tienen especial importancia los primeros y los últimos.
Entrenar bien los abdominales superiores nos ayudará a tener una mejor postura y mantener la espalda recta cuando corremos. A su vez, para no estar descompensado, debes entrenar la zona lumbar: esto te ayudará a tener una mejor postura corriendo y ser más eficiente.
Los abdominales laterales u oblicuos es importante tenerlos bien entrenados a la hora de correr para evitar lesiones de rodilla y cadera por desgaste de las articulaciones de estas zonas en exceso.
Recuerda que correr es un movimiento en el que no solo intervienen tus piernas, sino toda la fisionomía de tu cuerpo.
Zona superior
La zona superior que más debes fortalecer a la hora de correr es la parte posterior de los hombros y los trapecios. Muchos corredores se lesionan en las rodillas por tener esta zona debilitada, sufrir tensión en ella y posteriormente trasladarla a los lumbares, los cuales a su vez llevarán esta tensión a las rodillas.
Esta zona puedes entrenarla fácilmente en el gimnasio consultando un par de ejercicios a tu monitor para fortalecer la parte posterior del hombro.
Además, no está demás que entrenes el resto de músculos de tu cuerpo para compensar un poco, como el pecho o la zona superior de la espalda.
Recuerda esto y evitarás lesiones cuando salgas a correr: en el running intervienen casi todos los músculos del cuerpo, no solo las piernas, así que debes entrenar varios grupos musculares para mejorar tu rendimiento cuando sales a correr.